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Las 4 etapas de la montaña rusa emocional que supone emprender

Montaña Rusa Emocional del Emprendedor

Eres emprendedor y te sientes en una constante montaña rusa de emociones. En un mismo día vas de “voy a comerme el mundo” a “no tengo ni idea de lo que hago”, pasando por cada uno de los estados anímicos intermedios que existen.

No, no te estás volviendo loco. Es del todo normal.

Y es que lo que antes era un sueldo fijo mensual y unas tareas o responsabilidades más o menos previsibles, hoy es una sorpresa diaria y estás tú solo parapetando todos los golpes.

Te preocupa no llegar a fin de mes, crees que no eres todo lo productivo que deberías, jornadas interminables, trato con clientes tóxicos; estos escenarios y muchos otros son comunes a todos los mortales que han decidido emprender.

Porque no hay negocio en el que no tengas que enfrentarte a decisiones, retos y circunstancias complejas.

Dado que no es posible controlar ni cambiar lo que ocurre a tu alrededor, es necesario que enfoques toda tu energía en tu mindset, la mentalidad con la que afrontas las situaciones.

Conoce las 4 fases más comunes de subibajas emocionales por las que pasa cualquier emprendedor y cómo puedes abordarlas. Nos basamos para ello en las publicaciones del coach Cameron Herold.

¿Nos subimos juntos a esa montaña rusa? La primera vuelta es la más complicada. Créeme, luego empiezas a disfrutar del recorrido.

Antes de entrar en materia quiero invitarte a mi masterclass gratuita «Cómo Superar los Bloqueos que impiden Escalar con tu negocio«, dónde comparto un montón de consejos e información que te pueden ayudar a impulsar tu negocio y definir tu estrategia de crecimiento.

1 – Te subes eufórico a la montaña rusa de tu emprendimiento

“Me voy a comer el mundo” [Optimismo desinformado]

Te subes a esa montaña rusa, la puesta en marcha de tu proyecto, ilusionado, con grandes expectativas y con la sensación de que puedes con todo. Te sientes motivado, incluso eufórico y creyendo 100% en tu negocio.

Además, todo es nuevo, emocionante y atractivo; tu primera venta, tu primer feedback, el no tener un horario predeterminado y poder trabajar desde casa. Disfrutas de esa libertad de la que tanto has oído hablar.

Este optimismo es fundamental para avanzar, pero está un poco descontrolado en esta etapa inicial, sin una estrategia definida. Dejas de lado los KPIS y puedes llegar a tomar decisiones poco fundamentadas.

¿El objetivo de esta primera fase? Mantén esa energía y encáuzala, la necesitarás más adelante.

2 – Tu primera vuelta de campana

“Va, que no es para tanto” (pero un poco sí que lo es) [Pesimismo informado]

Todo se tambalea cuando el vagón de tu montaña rusa da la primera vuelta de campana. Te encuentras con esos primeros tropiezos y con ellos llegan las dudas. Un mal comentario, una venta perdida, te sientes estancado o ves que las cuentas no salen.

Al igual que de la libertad, habías oído hablar de esas dificultades que todo emprendedor y todo autónomo tiene que afrontar. Pero claro, no las habías vivido.

Y te ves obligado a hacer malabares entre la incertidumbre, las situaciones cotidianas y las inseguridades. Empezaste con unas expectativas muy altas y, a decir verdad, no del todo sustentadas. El resultado no llega a lo esperado y eso te desmotiva.

Pero estás empezando el camino. Ahora que has recopilado más información, es momento de pivotar tu negocio para ajustarlo mejor a tu mercado.

¿Cómo enfocamos esta segunda etapa? Aguanta esos primeros golpes, deja las dudas a un lado y haz los cambios necesarios para seguir avanzando.

3 – Te acercas a la caída libre

“¿Dónde me he metido?” [Crisis del sentido]

Estás llegando a un momento decisivo. Esa subida lenta con el traqueteo del vagón que te anuncia que se acerca la caída libre. Y con ella todos los miedos del emprendedor.

Te replanteas tu idea, tu perspectiva, tu conocimiento y todo lo que toca directa o indirectamente tu negocio.

Aparece aquí la suma de esos problemas que conocías en la teoría: el síndrome del impostor, la soledad del autónomo, la procrastinación, la falta de gestión de tu tiempo, etc.

Compruebas definitivamente que las cosas no eran un camino sencillo, ni una línea recta.

camino al éxito

El pánico aumenta y además te sientes solo. Es ahora cuando hay que trabajar tu mentalidad. Porque tienes que frenar esta sensación. Recuerda que todos hemos pasado por ahí.

Trabaja para afianzar tu seguridad y afrontar lo que venga de la mejor manera posible.

Dale la vuelta y transforma los problemas en soluciones; mejora tus procesos, sigue formándote, acude a un experto que pueda ayudarte o encuentra un grupo mastermind de apoyo.

Que el miedo no te paralice. Sigue trabajando y rodéate de una red que te dé impulso.

4 – Disfrutas de la adrenalina

“Aquí es donde quiero estar” [Optimismo informado]

Has sobrevivido a las vueltas de campana, a la caída libre y a todos los miedos. ¿Y ahora? Pues te adelanto que seguirás subiéndote a la montaña rusa, pero esta vez con todo el bagaje que llevas a tus espaldas.

Le coges el gusto y empiezas a dar una y otra vuelta, silbando, ya tranquilamente. Y muy consciente de que la vida de una persona emprendedora conlleva este constante subibaja emocional.

Que no hay dos días iguales y que la gestión del cambio y la resolución de problemas son dos de tus tareas principales como emprendedor.

Ejemplo: cómo afrontar una reclamación

Imagina lo diferente que puede llegar a ser una misma situación si la afrontas con una mentalidad de éxito y emprendedor o con una mentalidad de miedo y conformismo.

Pongamos un ejemplo: estás empezando tu negocio online y todo va de maravilla.

Hasta que un cliente te hace una reclamación y te devuelve el producto o servicio que había comprado. No es plato de buen gusto para nadie, pero tienes dos opciones: o aprovechas lo sucedido para mejorar y seguir adelante o te enrocas en tu posición y haces como que no ha pasado nada.

La primera se traduce en llamarlo y preguntarle qué ha ocurrido. Pídele disculpas, subsana el error y tendrás un cliente de por vida. En cambio, si no haces nada, lo más probable es que la persona se cabree, que te escriba un comentario poco amigable y que te ponga a caldo en todo su círculo de contactos.

Ya ves, una misma situación. Dos actitudes diferentes.

Tiene mucho que ver con desarrollar tu mentalidad emprendedora.

Mantener la motivación, definir unos objetivos, tener foco y estar en continuo aprendizaje te permitirán mitigar los efectos de la incertidumbre.

Es el momento de seguir avanzando, no te pares. Revisa tu estrategia, cambia y crece. Porque crear tu propio negocio es un camino fascinante y muy gratificante.

Cuéntame tu experiencia, ¿reconoces alguna de estas etapas? ¿Cuál ha sido la más dura?

Imagen de pnat en Pixabay

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Javier Santos Pascualena

SOBRE EL AUTOR

Javier Santos Pascualena

Socio fundador y creador de Infoautónomos.com, web de servicios líder para autónomos.
Emprendedor en serie, Mentoring Negocios es mi quinta empresa.
Llevo 24 años apoyando a emprendedores y pymes como consultor, mentor, profesor y asesor.

4 comentarios en «Las 4 etapas de la montaña rusa emocional que supone emprender»

  1. Mucha adrenalina y mariposas en el estómago, esa es la sensación de todo emprendedor cuando inicia un nuevo proyecto.

    Pero no hay que desistir cuando al primer intento no te salga del todo bien. Hay que considerar cada golpe, cada error cometido, como una lección en la parte del aprendizaje que todo emprendedor debe vivir para crecer y mejorar cada día.

    Responder
    • Efectivamente Carmen, la adrenalina y las mariposas cuando comienzas pueden se muy emocionantes. Pero van a venir curvas y uno tiene que estar preparado para ello, consciente de que entra en una dinámica de intenso aprendizaje y gestión del cambio continuos, ¡un abrazo!.

      Responder
  2. Me gusto mucho leer este artículo me inspiro para compartirlo con mi equipo de trabajo, emprendedoras que dia a dia buscan crecer en su negocio, que recomendación me darias para aquellas que quieren soltar la toalla ante un proyecto por encontrarse con personas que no tienen la misma visión..

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    • Hola Edna, me alegro de que el artículo te sirva de inspiración. Respecto a tu pregunta, en un equipo de socias es muy importante compartir la visión para remar todas juntas y evitar frustraciones. La visión de futuro es algo que se puede trabajar para acercar posiciones. Y si no se consigue, las que no compartan la visión mayoritaria tendrán que elegir entre aceptar y sumarse a esa visión o quizás salir del proyecto. Si necesitan apoyo para consensuar la visión, lo podemos trabajar en una sesión de consultoría de hora y media, un abrazo!

      Responder

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