¿Damos una vuelta por la filosofía nipona?. Quiero hablarte del método Kaizen, una perspectiva de trabajo diferente a lo que estamos acostumbrados.
El método Kaizen nació en Japón en la década de los 50 tras la Segunda Guerra Mundial, y aplicado al mundo empresarial permite la mejora continua, el aprendizaje y un avance progresivo y efectivo de cualquier objetivo que te propongas.
Para ello, se aleja de los clásicos estímulos que todo emprendedor o autónomo recibe como el típico arriésgate, cambia, aumenta la productividad, etc.
La palabra japonesa Kai-zen significa ‘cambio’ y ‘sabiduría’, es decir, una transformación suave y progresiva que nos saca, poco a poco, de nuestra “zona de confort”.
Porque los grandes cambios empiezan en lo pequeño, en el cuidado de los detalles y en desarrollar un hábito de mejora continua.
Te cuento en qué consiste, cuáles son sus beneficios y cómo aplicarlo en el trabajo.
¿Qué Vamos a Ver?
Qué es el método Kaizen
Una serie de mejoras continuas y pequeñas
son mejores y más fáciles de lograr que un solo cambio grande.
Su fundador, Masaaki Imai creó este sistema de gestión empresarial desde un espíritu de reconstrucción, de impulsar al resurgimiento del país nipón tras la Segunda Guerra Mundial.
Pero, ¿no es el Kaizen un sistema de mejora continua para emprendedores y empresarios? ¿Qué sentido tiene la guerra en esta historia entonces?
La historia de la creación del método Kaizen es una metáfora sobre las dificultades con la que, como emprendedor, puedes toparte a lo largo de tu carrera. Momentos de desmotivación, meses flojos, o falta de clientes, son parte del vaivén de cualquier proyecto.
Pero mientras la filosofía occidental basada en la meritocracia tiende a machacar por la falta de iniciativa, por el error o haber tomado la decisión incorrecta, el método Kaizen te recuerda la necesidad de avanzar independientemente de cuán grande o pequeño sea tu movimiento.
De lo que se trata es de continuar recorriendo el camino. Como en la fábula La liebre y la tortuga.
La clave del éxito está en la acumulación de muchos pequeños cambios, de muchas pequeñas acciones. Sin esperar resultados inmediatos, el fruto requiere su maduración.
Las cinco “S” del método Kaizen
Vamos a ponernos un poco Zen.
Uno de los puntos más interesantes de este método de desarrollo es que puede aplicarse a cualquier área de la vida más allá del ámbito laboral.
No obstante, su enfoque reflexivo, comprensivo y motivador hacen de él un sistema muy atractivo para emprendedores y freelances.
Memoriza las cinco “S” del método Kaizen. Cada palabra representa uno de los diferentes pasos a dar.
- Seiri (Clasificar): diferencia entre aquello que es útil y aquello que no lo es, es decir, identifica lo que está verdaderamente desfasado o ha llegado al fin de su ciclo.
- Seiton (Ordenar): organiza lo que tiene alguna utilidad y decide qué acción tomar respecto a lo que ya no te sirve.
- Seiso (Limpieza): mantén el orden y la limpieza o lo que es lo mismo, conviértelo en parte de tu rutina.
- Seiketsu (Estandarizar): cuida el aseo personal para mantenerte activo y nutrido psicológicamente.
- Sheitzuke (Disciplina): fomenta el orden y desarrolla el autocontrol para lograr una mayor productividad.
Cómo aplicar el método Kaizen en empresas y emprendedores
Veamos cómo aplicar este método en la planificación o gestión de una jornada de trabajo diaria.
Haz más sencillas tus tareas
La intención de hacer las tareas más accesibles es poder distribuirlas y realizarlas día a día, sin comprometer el resto de tus labores. Con este simple cambio de perspectiva estarás aplicando la esencia del Kaizen. Verás la diferencia.
Ante la duda, decántate siempre por la sencillez y evita la tendencia habitual a complicar las cosas. Busca el minimalismo.
Usa el método todos los días
Repite el paso anterior a lo largo del tiempo hasta llegar a desarrollar un hábito. Además, recuerda la última S (Sheitzuke) —la más importante de todas— para poder convertir el Kaizen en tu nuevo estilo de vida.
Sin perder de vista tus grandes objetivos a largo plazo o incluso anuales, tienes que poner tu foco en las pequeñas acciones de cada día, asegurándote de que están bien alineadas con tus grandes objetivos.
Poco a poco, día a día, irás viendo cómo vas dando forma a tu proyecto, a tu empresa y cómo vas consiguiendo su viabilidad.
Potencia tu autodisciplina
Tienes que sacar la mejor versión de ti mismo cada día y eso pasa por potenciar tu autodisciplina y una buen buena gestión de tu tiempo.
Además, la puedes aplicar en la creación de nuevos hábitos diarios o semanales: 3 horas para crear tus contenidos de redes sociales, una lectura inspiradora cada día, dos horas de formación propia cada viernes, una acción de networking al día. E incluso, comer más fruta y verdura cada día y por supuesto moverte algo cada día, aunque sea caminar media hora.
Recurre al ciclo PDCA (plan, do, check and act)
Para incluir el método Kaizen y observar la mejora continua que buscas, puedes valerte de los cuatro pasos del ciclo PDCA.
Para ello, comienza planificando los objetivos a partir de un análisis inicial, determina las acciones que debes realizar, comprueba los resultados y actúa para mejorar y automatizar el proceso.
Beneficios del método Kaizen
El miedo o la resistencia al cambio es una reacción muy normal en la mayoría de nosotros.
Suele nacer del miedo a fallar o a la presión por conseguir resultados. Desde esta perspectiva, el método Kaizen propone una visión diferente donde los tiempos son más pausados y el éxito es producto de la mejora continua. Estos son algunos de sus beneficios:
- Fomenta el desarrollo de valores personales debido a la mejora continua que promueve. El compromiso es uno de los ejemplos más claros.
- Crea hábitos positivos en tu trabajo, como la constancia, la atención plena y la sencillez de pensamiento, lo que repercutirá en una optimización de las soluciones a los problemas.
- Trabaja tus habilidades de liderazgo debido al aprendizaje autodidacta del método, más allá del asesoramiento que recibas de un profesional.
- Aumenta tu competitividad y eficiencia, tanto si eres freelance como si tienes personas a tu cargo. Uno de los efectos directos de esta ventaja es la reducción de costes.
- Mejora la calidad de tu producto o servicio.
- Crece el nivel de satisfacción de tus clientes.
- Identificas los posibles errores y observas con más detenimiento los detalles.
Parece evidente que el éxito no es un camino lineal ni una misma fórmula sirve para todo el mundo. Pero lo que me gusta de este planteamiento es que la idea de que cualquier persona, parta desde el punto que parta puede ir avanzando paso a paso optimizando procesos y mejorando hábitos. Como se suele decir, sin prisa, pero sin pausa.
¿Estás listo para mejorar tu enfoque empresarial con el método Kaizen?